Suavecita, esponjosa, calientita…, especial, encantadora… Y nos disculpan tantos elogios, pero es que probarla y no sentir tantas cosas bonitas es casi imposible.
La alegría que nos produce hablar de este producto es bastante especial, pues cuando disfrutamos de nuestra torta casera podemos sentir el amor, la ternura y la dedicación que nuestras mujeres le ponen al hacerla.
Y es que hacer una torta casera con huevos, harina, agua…, y otras cositas mágicas para convertirla en un horneado de sentimientos no lo hace cualquiera, por eso ellas, las encargadas de hacer nuestras tortas caseras, deben tener tanto amor como el que tú le pones al mensaje de cumpleaños, buenos deseos o amor que lleva en su interior.
Después de hornear y antojar con su olor a todo el que entra a nuestra empresa, la torta pasa a empaque donde se personaliza con mensajes que salen del corazón y se acompaña de un inspirador mandala, los cuales hacen del compartir toda una experiencia.
Si has probado alguna vez esta torta te invitamos a compartirnos tu experiencia y si aún no la vives, te recomendamos que lo hagas en familia, amigos o compañeros de trabajo y la acompañes con nuestras salsas de arequipe, chocolate o mora…
Estela de amor