Hoy, en medio de tanta confusión, el único refugio pareciera ser el amor. Ese que le dedicamos a nuestra pareja, familia y amigos y por el que vale la pena salir a trabajar día tras día. Se vale pegarse de toda oración para momentos difíciles, porque la incertidumbre no es agradable y el miedo a veces paraliza.
Sabemos que la serenidad está escasa por época de grandes decisiones. Sin embargo, es en nuestros corazones donde habita la fortaleza para afrontar los retos de una nueva época llena de nuevas visiones y líderes que llevan a rumbos que antes no nos imaginábamos posibles.
Hoy, en algún lugar de este país, está naciendo un ingeniero que podrá cambiar la historia de alguna comunidad, una doctora que encontrará la manera de salvar vidas en el Amazonas o un artista que pintará de colores la vida de las nuevas generaciones. No sé si miras al cielo o al suelo, pero te invitamos a mirar al frente y seguir luchando para que los que vienen encuentren un mejor paraje.
Porque la Colombia del futuro está en ti y en mí. Está en nuestras manos.